Un niño de seis años estaba parado frente a una tienda de zapatos, descalzo, viendo a traves del escaparate y temblando de frío.
una señora se le acercóy le dijo con ternura:
-¿Qué estás mirando con tanto interés en esa ventana?.
-Le estaba pidiendo a Dios que me diera un par de zapatos. Fue la respuesta del niño.
La señora lo tomó de la mano y entraron a la tienda. Le pidió al empleado media
docena de pares de calcetines para el niño.
Preguntó si podía darle un recipiente con agua y una toalla. El empleado le trajo lo que pidió. Ella llevó al niño a la parte trasera de la tienda y se los secó.
Para entonces el empleado llegó con los calcetines.
La señora le puso un par al niño y le compró un par de zapatos. Juntó el resto de los calcetines y se los dio al niño. Le acarició la cabeza y le dijo:
-¡No hay duda mi pequeño amigo que te sientes más cómodo ahora!.
Cuando ella daba la vuelta para irse, el niño le agarró la mano y mirándola con lágrimas en los ojos, le preguntó:
-¿Es usted la esposa de Dios?
una señora se le acercóy le dijo con ternura:
-¿Qué estás mirando con tanto interés en esa ventana?.
-Le estaba pidiendo a Dios que me diera un par de zapatos. Fue la respuesta del niño.
La señora lo tomó de la mano y entraron a la tienda. Le pidió al empleado media
docena de pares de calcetines para el niño.
Preguntó si podía darle un recipiente con agua y una toalla. El empleado le trajo lo que pidió. Ella llevó al niño a la parte trasera de la tienda y se los secó.
Para entonces el empleado llegó con los calcetines.
La señora le puso un par al niño y le compró un par de zapatos. Juntó el resto de los calcetines y se los dio al niño. Le acarició la cabeza y le dijo:
-¡No hay duda mi pequeño amigo que te sientes más cómodo ahora!.
Cuando ella daba la vuelta para irse, el niño le agarró la mano y mirándola con lágrimas en los ojos, le preguntó:
-¿Es usted la esposa de Dios?